Las masas quieren saber cuánto les va a costar gozar de situación privilegiada,
sentirse dentro de algún club, tener un cine sin salir de casa,
llenar los dormitorios y el monovolumen que les preguntaba si les gusta conducir
Las masas saben guardar las formas en un frasco lleno de formol,
las masas saben que la mayor satisfacción es la televisión
y que es más sana la vida en los despachos que entre los borrachos
y que los vigilan desde la organización central.
Las masas tienen el tiempo organizado y una sincronización extraordinaria,
disfrutan con historias sórdidas y forman colas en los saldos de algún centro comercial.
Y entre tantos detalles, las masas huyen de la muerte y del arte inclasificable,
contestan las encuestas, santifican fiestas y guardan su vida en formato digital.
Aquí es donde queríamos llegar, aquí es dónde queríamos llegar.
A estar mucho más cerca del final.
Las masas pueden hacerte un monumento y subirte a un pedestal en un momento
o condenarte al under grown para que puedas presumir de ello y te sientas especial.
Estas son las maravillas que hacen de las masas algo indómito y vulgar.
Toman las calles, a veces, para protestar y otras para festejar victorias
usando las peores frases de publicidad son felices,
aunque estemos cerca del final!