¡Qué difícil es refugiarse del dolor
cuando se muere cada noche de desamor!.
¡Qué difícil es dibujar ausencias de tí
soñando con las sombras de ese tiempo feliz!.
¡Qué difícil es escapar a mi soledad
y a tantas ilusiones que no volverán!.
Sólo huellas del ayer, sólo trazos de un querer
al verte tan lejana y fría se muere el alma mía.
Para olvidar me falta tiempo,
para llorar me sobra vida,
y no habrá dolor más grande
que no volverte a ver.
Para esperar me falta fuerza,
para intentar me sobra fé
y se escapa de mis manos
la mujer que tanto amé.
Para volver me sobran ganas,
para aceptar me falta el alma
y se escapa entre las sombras
quien me diera su luz.
Me queda tanto para darte,
mi corazón, mi juventud,
pero a pesar de lo que tengo
para vivir me faltas tú.
¡Qué difícil es aceptar que ya no estarás!
y quedo en el desierto de mi soledad.
Sólo huellas del ayer, sólo trazos de un querer
al verte tan lejana y fría se muere el alma mía.