Todas las noches al final de la jornada,
Que te busco como uno loco y que no te puedo encontrar,
Luego en mi cuarto contemplando tu retrato,
Y esperando tu llamada, comienzo a desesperar,
Y me llamaste y yo pensaba que ya nada,
Que ya no podía dormirme por estar pensando en ti,
No me hagas esto solo hasta la madrugada,
Y al calor de tus recuerdos no me puedo resistir.
Y hablo contigo hasta la alborada,
Y me imagino que eres mi almohada,
Y sigo hablando y no pasa el tiempo,
Y al fin se acaban mis sufrimientos,
Y no me importa si están oyendo,
Que todos sepan cuanto te quiero,
Y que me importa si esta cruzada,
Que el mundo sepa de esta llamada.
Ya mis amigos me critican que estoy viejo,
Que ya no salgo con ellos que no he vuelto a parrandear,
Que se lamentan de mi pobre circunstancia,
Que amor de larga distancia siempre suele en terminar,
Y me aconsejan que mi olvide de esta historia,
Que vuelva a salir con Gloria que no me puede olvidar,
O en su defecto que me consiga una novia,
Mejor si es operadora del servicio regional.
Y hablo contigo hasta la alborada,
Y me imagino que eres mi almohada,
Y sigo hablando y no pasa el tiempo,
Y al fin se acaban mis sufrimientos,
Y no me importa si están oyendo,
Que todos sepan cuanto te quiero,
Y que me importa si esta cruzada,
Que el mundo sepa de esta llamada.
Te llamo de la casa, la oficina y desde el carro,
De la tienda de la esquina y desde un celular prestado,
Comprando las tarjetas del servicio prepagado,
O espero a que me llames que me sale regalado.
Y no me importa si están oyendo,
Que todos sepan cuanto te quiero,
Y que me importa si esta cruzada,
Que el mundo sepa de esta llamada,
Que el mundo sepa de esta llamada,
Que no me importa si esta cruzada.
(Marcos Vinicius Meiado)