si la primera mirada es la que vale
-esto ya lo enseñan las madres-
recuparé la cordura
hacia una fosa común
cosidos a preguntas.
agrio es el sabor
de la noche en abandono
será el día en que inicie
el retorno.
me estorba la memoria,
los sentidos me distraen
y se equivocan
en las aguas de la certeza
nos hicimos la promesa
de las aguas de pokara,
"y el perfume que emane del sexo
se fundirá en nuevo grito".
nunca he confiado
en los labios muy finos,
de ellos huyo como un fugitivo,
y amansas el oleaje
que rompe contra mis venas,
purificas el aire.
en las aguas de la certeza
nos hicimos la promesa
de las aguas de pokara,
"y el perfume que emane del sexo
se fundirá en nuevo grito".
de las brasas de una constelación
al mundo perecedero,
bendecida fue la causa
de mi fortuna.
y de la tierra perdida en la infancia
al mundo perecedero,
bendecida fue la casa de mi fortuna.
algo que no me han consentido
y que ahora busco entre tus huesos,
algo que desde tan lejos
creí que no era,
creí que no era mi estilo.
cuando abandones tu sueño sabrás
que has muerto
y los gusanos siempre están hambrientos.
oriente no cree en el sarcasmo
que antaño nos gobernó,
soy el león domado.
en las aguas de la certeza
nos hicimos la promesa
de las aguas de pokara,
"y el perfume que emane del sexo
se fundirá en nuevo grito".
de las brasas de una constelación
al mundo perecedero,
bendecida fue la causa
de mi fortuna.
y de la tierra perdida en la infancia
al mundo perecedero,
bendecida fue la casa de mi fortuna.
algo que no me han consentido
y que ahora busco entre tus huesos,
algo que desde tan lejos
creí que no era,
creí que no era mi estilo.
cuando abandones tu sueño sabrás
que has muerto
y los gusanos siempre están hambrientos.
oriente no cree en el sarcasmo
que antaño nos gobernó,
soy el león domado.
en las aguas de la certeza
nos hicimos la promesa
de las aguas de pokara,
"y el perfume que emane del sexo
se fundirá en nuevo grito".
de las brasas de una constelación
al mundo perecedero,
bendecida fue la causa
de mi fortuna.
y de la tierra perdida en la infancia
al mundo perecedero,
bendecida fue la casa de mi fortuna.
algo que no me han consentido
y que ahora busco entre tus huesos,
algo que desde tan lejos
creí que no era,
creí que no era mi estilo.