(A ver... ¿Por qué llegan tan tarde?
¿Qué han estado haciendo?
Bueno, que sea la última vez.)
Aunque su mujer parece encantadora
El Señor Durand no está satisfecho
¡Caramba! -piensa su mucamita-
El señor es muy mujeriego
Él le murmura: "¿Sabe, muñeca?
Aquí, entre nosotros, usted está muy buena
Y su personita, seguro estoy
Al natural debe estar mejor"
¡Ay, señor! -dice la mucamita-
Lo que usted dice no es novedad
Porque lo mismo, cuando me vieron
Todos sus amigos me lo dijeron
Durand, cada vez más embalado
A la mucamita se quiere levantar
Y, para convencerla, sin esperar más
Le hace creer que está enamorado:
"¡Vamos, no te hagas la estrecha!
Deberías sentirte halagada
A tu cuarto subiré esta noche
No dejes la puerta cerrada"
¡Ay, señor! -dice la mucamita-
Lo que usted dice no es novedad
Cuando a mi cuarto subieron
Todos sus amigos me lo dijeron
Ella fue fiel a la cita
Aunque con cierto recelo
Y Durand, cada vez más embalado
Con su corazón ya muy inflamado
Al verla sacarse la camisa
Y ruborizarse como una niña
Le dijo con voz inquieta:
"En mi vida vi mejores..."
¡Ay, señor! -dice la mucamita-
Lo que usted dice no es novedad
Porque lo mismo, cuando me vieron
Todos sus amigos me lo dijeron
Como Durand tenía mucha lana
Y no era demasiado feo
Dejó de lado sus devaneos
Y se entregó muy complacida
Aquí puntitos, por la censura
Luego él gritó entusiasmado:
"Te lo aseguro, estoy asombrado
Lo haces mucho mejor que mi mujer"
¡Ay, señor! -dice la mucamita-
Lo que usted dice no es novedad
¿lo hago mejor que su mujer?
Debe ser cierto
¡Todos sus amigos también me lo dijeron!