Cuando lejos estás, inalcanzable
Y me quemo por dentro en mi agonía
Palpo tu carne al tacto de la mía
Y me invade un placer inevitable
Marco un ritmo de amor y en la nostalgia
Crece en mis manos toda la esperanza
De ese momento eterno que se alcanza
Cuando entregas feliz toda tu sabia
Cada cadencia evoca una silueta
Tierna, dulce, febril, desesperada
Tu bella desnudez desde la nada
Va naciendo a la luz que me embelesa
La violencia de un rayo me atraviesa
Clara, impoluta mi alma, surge pura
Fuegos artificiales te saludan
Derramándose en mí como una fiesta
Calmo, sediento, lento, relajado
Llega un sueño feliz que me ennoblece
Mientras canto y tu rostro reaparece
Y me guarda en la noche, enamorado