Año del setenta y uno, el mes de octubre corría
En Reinosa Tamaulipas, al despuntar nuevo día
Hirieron a Chito Cano, no se sabe quién sería
Que bonitos son los hombres, no se les puede negar
Aún después de caído, tuvo la fuerza de hablar
No corran, no sean cobardes, acábenme de matar
Con un balazo en la espalda, él todavía se reía
No los creía tan cobardes, hampones o policías
Me pegaron por la espalda, de frente no se podía
Se presentó Chon García a hablar con la judicial
Para que maten a Chito trabajo les ha de dar
No más sálganle al camino, sombreros van a sobrar
De Reinosa a Matamoros, de Monterrey a Laredo
Anden con mucho cuidado, agentes y pistoleros
Todavía soy Chito Cano y todavía no me muero
Ya con ésta me despido, sin agravios ni rencores
Lo que se presta se paga, tengan presente señores
Si al cielo avientas la daga, va en busca de los traidores