Bailamos en un barco que se hunde.
El paso de un ultimo bolero.
En este mismo lugar donde hace algunos meses hubo risas.
Tantas caricias.
Pero hoy bailamos en un barco que ya no da más.
Sabemos que no veremos la mañana.
Por mas que intentamos mantenerlo a flote
De cubo, en cubo.
No se pudo.
El agua nos llega a la cintura ya.
Quedarse un minuto más ya sería locura.
Los pies congelados, el pecho apretado contra el tuyo,
es tan duro.
Después de haber sobrevivido mil tormentas
e inaugurar con la mejor de las champañas.
La ilusión tuvo prisa.
No firmamos salvavidas.
Eso es para otros, no nosotros, no.
Y ahora el agua nos llega hasta los hombros.
Y flotando están todos los escombros de nuestro amor.
En contra de todo, seguimos bailando.
Seguimos bailando.
Bailando.
Bailando.
No hay palabras que no estén dichas.
Dijimos todo, dijimos demasiado.
No hay inocentes entre nosotros.
No hubo marineros solo demasiados capitanes.
Tu no sueltas y yo tampoco.
Y quién diría.
Esto es de locos.
Y ahora el agua nos llega hasta el cuello ya.
El sabor tan salado no es del mar,
si no de lágrimas.
Los pies congelados, el pecho apretado contra el tuyo.
Es tan absurdo.
Pero hoy bailamos en un barco que se hunde.
Se hunde.