Letra de Velatorio
[Estrofa I]
Dicen que era un ángel
Que tenía un gran corazón
Que era un polizón del barco de la vida
Que vestía un armazón
Tras un tropezón se alzaba y resurgía
Que era un cabezón, tenía el don de dar si sonreía
Lo hacía con los ojos; ya quedan pocos de esos
Su enojo era una brizna comparado con sus besos
Si alguna vez rozaron sus mejillas o sus labios
Desaparecieron las rencillas, llantos, los agravios
Dicen que era mágico, un genio de versos trágicos
Que le entregó su vida al papel sin condiciones
Si le pudo el pánico, abanicó las dudas
Que sus ataduras mas duras forjaron sus canciones
Que nunca dio lecciones de engreído, ni consejos
Que en sus oraciones siempre alejó los falsos reflejos
Si dejó algo fue a sí mismo junto a sus valores
Dicen que amaba las flores, que siempre se van los mejores
Que charlaba con la luna y con el sol
Que su nunca era una cuna de botellas de alcohol
Su vacuna fue la ayuda de allegados más próximos
Su código una cura para lograr sus propósitos
Y que siempre estuvo para echar un cable
Que era un indomable y echaba de menos a su padre
Que fue un sable contra el miserable y el arpío
Que ha dejado un río, un vacío inconmensurable
[Estrofa II]
Dicen que la depresión le robó la alegría
Que se hundía en pozos de melancolía
Que su vía de escape frente al atrape era el papel
Que se amaban en un carrusel de roces y caricias sin cuartel
Que en su Torre de Babel eran felices, dicen
Que su mente era un pincel
Que fue vago por los tragos que clavaron su cincel bajo su piel;
Piel que engaña, que su alma siempre nos ha sido fiel
Que ante las lágrimas nos sostuvo su hombro
Siempre estuvo, llenó un cubo cuando tocó cada fondo
Y su peso le arrojó a las turbias manos de la sinrazón
Y como todos ya se ha convertido en polvo
Que nadie se escapa, que fue su única certeza
Que trazó mil mapas dentro de un rompecabezas
Dicen que sus piezas nunca han estado tan juntas
Que sintió el menosprecio que sufren los que despuntan
Dicen que vivió como si no hubiera un mañana
Que el cemento fue su cárcel y la lluvia su nana
Que su ángel fue su mamá, y su fe congelada
Que esto con el tiempo sana, dicen que no somos nada
Que lo amaban por lo irrepetible
Que su mirada atravesaba lo invisible
Que soñaba lo imposible para con sí mismo
Que era un niño grande jugando al idealismo
[Estribillo]
Dicen tantas cosas que no sé quién fue
Dicen que nos mira desde arriba que aún nos acompaña
Dicen que le extrañan
Cuentan que su mente navegó en un mar de quizás
Dicen que su corazón latió hecho trizas
Mientras velan sus cenizas
[Estrofa III]
Dicen que brindemos, que él lo quiso así
Que hay que celebrarle por los que estamos aquí todavía
Que no hay día que no vaya a ser el último
Que decía que se iría en pleno júbilo
Mirándolo en decúbito parece estar en paz
Que ahora vuela en aquella estrella fugaz
Suelta el miedo, cruza el cielo en cada haz de luz
Por eso haz de tus días alegrías
Dicen que en ese ataúd
Marcha un joven sin Nobel pero más sabio
Que aprendió que el amor no siente en binario
Que supo que no hay calendario que defina el tiempo
Que el tiempo es un invento, dicen que él ha sido el cambio
Dicen que no habrá perdices, que él no come carne
Su vida fue un dibujo sin lujos pero sin hambre
Dicen que los brujos le dieron esas pulseras
Que el influjo de sus letras tocó génesis enteras
Que de veras mis sinceras condolencias
Que no hay ciencias
Ni creencias que palien su ausencia
Que está vivo en su recuerdo
Y no dejarán que muera
Que era un loco cuerdo
Dicen que lo ven grabar en la pecera
Dicen que era dos mitades en lucha constante
Que capturó el instante
Que su talante tolerante le trajo mil vidas
Que hizo idas y venidas por el infierno de Dante
Dicen que fue amante y compañero
Que jamás encontrarán algún amor tan sincero
Sin velos en los ojos
Ni pelos en la lengua
Con miles de cerrojos
Para una bondad tan ingenua
Dicen que las deudas le agobiaban
Que quizá fue eso
Dicen que fue el peso de las pérdidas
Dicen: "Fue un abrazo que nunca le dieron"
Dicen que fue un beso que no llegó por milésimas
[Estribillo]
Dicen tantas cosas que no sé quién fue
Dicen que nos mira desde arriba que aún nos acompaña
Dicen que le extrañan
Cuentan que su mente navegó en un mar de quizás
Dicen que su corazón latió hecho trizas
Mientras velan sus cenizas